Carlos Zanón nos lleva de visita al "lado oscuro" con esta impactante obra formada por catorce historias del autor galardonado con el premio Dashiell Hammett 2015 por "Yo fui Johnny Thunders" (premio que entrega la Asociación Internacional de Escritores Policíacos).
Catorce historias- algunas conectadas entre sí- que comparten un nexo en común; La Navidad, pero que eso no os engañe, ningún "cuento" está impregnado por el espíritu azucarado reinante en esas fechas. Aquí, la Navidad es contexto, un aspecto más que contribuye a crear en toda la novela un clima cargado de nostalgia, desesperación y melancolía.
Otro elemento que contribuye a potenciar ese clima es el escenario donde se desarrollan las historias; Barcelona, la Barcelona menos comercial, la disimulada, la Barcelona de barrio pobre, la de los suburbios, esa Barcelona que cuando aparece en los medios lo hace casi siempre ligada a la violencia y a la delincuencia, esa Barcelona que tan bien recrea Zanón en sus obras.
Es en este contexto donde el autor da voz y vida a sus personajes, todo un abanico de protagonistas de lo más variopinto; locos, dementes y desahuciados, yonquis, prostitutas, maltratadas y maltratadores, pobres, parados y currantes en precario, o simplemente, la peor versión del ser humano. Todos ellos desfilan por estas breves, pero intensas historias, cargados con sus desvelos y sus paranoias. Todos ellos serán para nosotros actores inocentes, sorprendidos en momentos puntuales de su vida y obligados, por desconocimiento, a abrirse sin pudor a nuestra curiosidad. Porque Zanón, encarnado en el fantasma de las navidades presentes y pasadas, nos convierte en voyeurs, en espectadores que, como Mister Scrunch en Cuento de Navidad, irrumpen sin permiso en mitad de una escena ajena y, amparados por la invisibilidad que les brinda el fantasma, se convierten en testigos privilegiados.
Y desde esa posición privilegiada compartiremos una noche de farra con Charly, un depredador, un adúltero patológico obsesionado por la amante que le ha abandonado. O sufriremos la angustia del padre de familia que no pudo escapar de la crisis, un hombre de cincuenta años que lo ha perdido todo, un hombre abandonado y deshauciado, dispuesto a acabar con su familia para así: "ahogar el dolor, el suyo, el mío; salvarles de la vida".También nos pondremos del lado de Julieta, una mujer que está viviendo sus últimos coletazos de juventud, y que sospecha, acertadamente, que su Romeo no tardará en cambiarla por otra mujer más joven. o nos enterneceremos ante el amor que siente Marc hacia Fiona, una mujer maltratada que no consigue escapar de las garras de su marido ante la presión que buena parte de su entorno ejerce. O alucinaremos en la cena de Nochebuena de Carlos y Silvia, una reunión familiar en la que se mezclan los vivos y los muertos con total normalidad.
Estas y otras historias las viviremos desde la primera fila, y así sabremos lo que piensan, e incluso nos pondremos en la piel de unos personajes que, poco o muy poco, tienen que ver con la mayoría de nosotros, y es que Zanón tiene un don para ello. Lo que escribe y describe uno lo ve, y no solo eso, también lo siente. Zanón consigue entrar en tu interior con sus palabras (es un poeta) y abrirte la mente y el alma a reflexiones y sentimientos complicados, duros, fuertes, sentimientos con los que no acostumbramos a lidiar. Aquí Zanón nos da un toque de realidad y, como si se tratara de una exposición de imágenes captadas por una cámara, retrata escenas que nos muestran la cara B de la felicidad, estampas de un mundo triste, oscuro y violento, un mundo lleno de callejones húmedos y malolientes, habitados por personajes que, al igual que tu y que yo, buscan amar y ser amados.
Zanón nos presenta una obra llena de locura, ira, violencia, lujuria, tristeza y nostalgia, pero también llena de amor y ternura. Una obra que se pasea por todos los estados de ánimo que el ser humano es capaz de experimentar, y lo hace con un estilo duro, rápido y directo, fiero y a la vez hermoso. Marley estaba muerto es una magnífica oportunidad para acercarse y descubrir el talento de Zanón, un escritor al que te imaginas disfrutar mientras escribe, a un artista que es capaz, en tan solo unos pocos párrafos, de dibujarte personajes complejos y más que creíbles, y de crearles mundos llenos de detalle y realidad.
Carlos Zanón es un creador transversal; poeta, novelista, guionista, crítico y articulista. Como novelista debutó en 2008 con "Nadie ama a un hombre bueno". Desde entonces diversos premios han adornado su carrera y su obra ha sido traducida y publicada en varios países.
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Y desde esa posición privilegiada compartiremos una noche de farra con Charly, un depredador, un adúltero patológico obsesionado por la amante que le ha abandonado. O sufriremos la angustia del padre de familia que no pudo escapar de la crisis, un hombre de cincuenta años que lo ha perdido todo, un hombre abandonado y deshauciado, dispuesto a acabar con su familia para así: "ahogar el dolor, el suyo, el mío; salvarles de la vida".También nos pondremos del lado de Julieta, una mujer que está viviendo sus últimos coletazos de juventud, y que sospecha, acertadamente, que su Romeo no tardará en cambiarla por otra mujer más joven. o nos enterneceremos ante el amor que siente Marc hacia Fiona, una mujer maltratada que no consigue escapar de las garras de su marido ante la presión que buena parte de su entorno ejerce. O alucinaremos en la cena de Nochebuena de Carlos y Silvia, una reunión familiar en la que se mezclan los vivos y los muertos con total normalidad.
Estas y otras historias las viviremos desde la primera fila, y así sabremos lo que piensan, e incluso nos pondremos en la piel de unos personajes que, poco o muy poco, tienen que ver con la mayoría de nosotros, y es que Zanón tiene un don para ello. Lo que escribe y describe uno lo ve, y no solo eso, también lo siente. Zanón consigue entrar en tu interior con sus palabras (es un poeta) y abrirte la mente y el alma a reflexiones y sentimientos complicados, duros, fuertes, sentimientos con los que no acostumbramos a lidiar. Aquí Zanón nos da un toque de realidad y, como si se tratara de una exposición de imágenes captadas por una cámara, retrata escenas que nos muestran la cara B de la felicidad, estampas de un mundo triste, oscuro y violento, un mundo lleno de callejones húmedos y malolientes, habitados por personajes que, al igual que tu y que yo, buscan amar y ser amados.
Zanón nos presenta una obra llena de locura, ira, violencia, lujuria, tristeza y nostalgia, pero también llena de amor y ternura. Una obra que se pasea por todos los estados de ánimo que el ser humano es capaz de experimentar, y lo hace con un estilo duro, rápido y directo, fiero y a la vez hermoso. Marley estaba muerto es una magnífica oportunidad para acercarse y descubrir el talento de Zanón, un escritor al que te imaginas disfrutar mientras escribe, a un artista que es capaz, en tan solo unos pocos párrafos, de dibujarte personajes complejos y más que creíbles, y de crearles mundos llenos de detalle y realidad.
Carlos Zanón es un creador transversal; poeta, novelista, guionista, crítico y articulista. Como novelista debutó en 2008 con "Nadie ama a un hombre bueno". Desde entonces diversos premios han adornado su carrera y su obra ha sido traducida y publicada en varios países.
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