Anna Gavalda nos propone dos
pequeñas historias llenas de sarcasmo y crítica pero también de ilusión y esperanza en su última obra publicada por Seix
Barral. La escritora francesa ha escogido a dos jóvenes parisinos para que nos
cuenten por qué están desengañados, por
qué son infelices, y, sobretodo cual es el detonante que les impulsa a intentar
reiniciar una vida que no les llena, porque como dice Anna Gavalda: “es mejor escoger una vida equivocada a no vivir ninguna" .
Mathilde Salmon es la protagonista de la primera historia. Una joven
inteligente que se dedica a redactar comentarios en internet. Un trabajo poco
ético y menos limpio que tiene organizado su cuñado, una ocupación que le
aburre, en negro y sin futuro pero como ella misma dice:
“Dado que todo es mentira…
Dado que todo son comentarios falsos… Dado que los polos se están derritiendo,
que por fin han indemnizado a los banqueros, que los agricultores se ahorcan en
sus silos y que arrancan los bancos públicos para que no se puedan sentar los
vagabundos… Francamente, ¿para qué molestarme en labrarme un porvenir en un
mundo así, eh?”
Así es Mathilde, irónica hasta la médula y pasota hasta el extremo. Está
desengañada, sola y rabiosa. Comparte piso con unas gemelas a las que no
aprecia, pero tolera, un piso grande que necesita reformarse. Ahí está el
inicio de sus males, y el de esta divertida historia; los diez mil euros que
deben pagar al contratista los tiene Mathilde en su bolso, y después de pasarse
una tarde bebiendo mojitos ¡lo pierde! Sí, lo pierde todo, el dinero de las
gemelas y el suyo, por supuesto, pero también su vida, su intimidad y sus
recuerdos.
Por suerte o por desgracia recibe una llamada a los pocos días anunciándole
que su bolso lo tiene Jean-Baptiste, un tipo extraño que se pasea con un
maletín encadenado a él lleno de cuchillos. Un chico que para nada es su tipo
pero que Mathilde no podrá quitárse de la cabeza, y es que el encuentro
revuelve algo dentro de ella que la obliga a sacudirse la apatía con la que convive y salir a buscar una vida mejor.
Yann es el héroe de nuestra segunda historia, un joven de 26 años
sobradamente preparado para el trabajo que realiza. Es demostrador de productos
electrónicos de una firma coreana y, aunque tiene un contrato indefinido, se
siente vacío y desaprovechado. Está enfadado también. Sí, él, sus padres y muchos franceses como
ellos, pensaron que tras dejarse la piel y los euros en adquirir una educación superior, conseguirían un trabajo acorde a las expectativas, pero no, era una mentira,
como tantas otras en la que vive instalado Yann.
Su novia, Mélanie, procede de una familia acomodada, es visitadora médica y
parece un sargento. Su relación, a pesar de la juventud de ambos, ha entrado ya
en una agónica monotonía. Pero de golpe
ZAS! Yann conoce a sus vecinos del cuarto y su vida da un vuelco. Tan solo
compartirá con ellos una cena, una velada que le transformará por completo y le
dará fuerzas para tomar decisiones que, tal vez, le llenen el vacío con el que
convive.
Las dos historias, escritas con el estilo directo e irónico de Anna Gavalda
son un puro entretenimiento, pero además son un retrato punzante de la sociedad
actual, una forma amena y elegante de darle un toque de atención a nuestro
tiempo. Mathilde y Yann odian sus vidas
y deciden arriesgarse, son dos jóvenes valientes con el coraje suficiente para
escoger la pastilla roja en vez de la azul.
Anna Galvada es una superventas de las letras
francesas. Nació en 1970 en Boulogne-Billancourt (París). En 1999
saltó a la fama con Quisiera que alguien me esperara en algún lugar (Seix
Barral, 2005), una colección de relatos premiados con el Grand Prix RTL-Lire
2000. Su primera novela, La amaba (Seix Barral, 2003), fue
adaptada al cine y la consagró a nivel internacional. Su libro Juntos,
nada más (Seix Barral, 2004), también fue llevado al cine por Claude
Berri. Otras obras destacades son El consuelo (Seix Barral,
2008) y La sal de la vida (2001; Seix Barral, 2010).
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