En este caso Alicia nos llevará a reflexionar sobre el papel de la mujer dentro de la sociedad. Nos presenta a Sara, la figura central de esta obra alrededor de la cual pivotan el resto de personajes. Sara es una mujer única, una hembra fascinante y desconcertante, una criatura que resulta casi mágica. Ella es un ser puro y natural que actúa siguiendo sus impulsos ajena a las coartadas emocionales que regulan los comportamientos de los demás. Sara no tiene maldad, solo pretende vivir el presente de forma intensa, libremente y sin represiones.
Pero Sara tiene un problema y es que
incomoda a los demás, no ella - a la que consideran inmadura e irresponsable-
sino su forma de disfrutar y de entender la vida. Sara les asusta, les
escandaliza, es como un animal salvaje que debe ser domesticado para que pueda
vivir en sociedad sin causar problemas. Para sus amigos la consigna es clara:
Sara debe renunciar a su propia idiosincrasia, castrar su personalidad para
convertirse –también por su propio bien- en un ser normal. La autora resume a
la perfección el porqué: ”Nadie consiente
que exista una mujer despreocupada y feliz”.
Y ese será el cometido de su
grupo de amigos, especialmente el de Berta y Ramona, que adoptarán un rol
paternalista con Sara para intentar encauzarla hacia lo que ellas entienden
como lo correcto; una vida familiar estable, porque para ellas –que encarnan a
la sociedad- la felicidad solo puede ser posible si uno sigue las reglas impuestas
por la mayoría. Pero esa norma heredada en la que pretenden encajar a la
desconcertante Sara, lejos de salvarla de sí misma terminará con ella.
Sara se dejará llevar por la corriente y aceptará someter su indómita personalidad a los cánones establecidos tras vivir un episodio que le despierta un cierto sentimiento de culpabilidad. La narración de la transformación y marchitación de Sara corre a cargo de una de sus cuatro amigos satélite, la más intelectual, la única que ve venir el desastre, la única que no se cree la adaptación que simula el comportamiento de Sara, la única que va percibiendo como la frustración va haciendo mella en nuestra protagonista. Sin embargo, no hace nada, será una cómplice más al no frenar la presión que los demás ejercen sobre ese espíritu libre, no les planta cara, no les chilla que la dejen en paz, no les muestra lo que ella siempre ha sabido: que Sara es excepcional y no puede, y no debe ser como todos.
Con los hechos consumados la narradora, admite la imposibilidad de amoldar a una diosa como Sara al simple mundo de los hombres, fue un error por parte de su entorno presionarla para que cambiara, para que se rindiera a la normalidad, especialmente si tenemos en cuenta que ninguno de ellos ha conseguido la felicidad haciendo lo correcto.
La autora, Alicia Giménez Bartlett, ha dedicado muchos años su talento a la docencia. Es filóloga y doctora en Literatura Española por la Universidad de Barcelona con una tesis titulada “La narrativa de Gonzalo Torrente Ballester”. En 1984 publicó su primera novela, “Exit” (Seix Barral). Con “Una habitación ajena” (1997) obtuvo el primer galardón literario de su carrera: el Premio Femenino Lumen. En los años noventa nace su personaje más popular, la inspectora Petra Delicado, con ella al frente ha nacido una saga que consta de diez títulos y a una serie de televisión. Sin embargo, su obra cuenta también con excelentes novelas fuera de el género negro, como su libro “Donde nadie te encuentre” (Premio Nadal de Novela en el 2011). El último reconocimiento de esta imprescindible escritora ha sido el Premio Planeta 2015 con su novela “Hombres Desnudos”.
Sara se dejará llevar por la corriente y aceptará someter su indómita personalidad a los cánones establecidos tras vivir un episodio que le despierta un cierto sentimiento de culpabilidad. La narración de la transformación y marchitación de Sara corre a cargo de una de sus cuatro amigos satélite, la más intelectual, la única que ve venir el desastre, la única que no se cree la adaptación que simula el comportamiento de Sara, la única que va percibiendo como la frustración va haciendo mella en nuestra protagonista. Sin embargo, no hace nada, será una cómplice más al no frenar la presión que los demás ejercen sobre ese espíritu libre, no les planta cara, no les chilla que la dejen en paz, no les muestra lo que ella siempre ha sabido: que Sara es excepcional y no puede, y no debe ser como todos.
Con los hechos consumados la narradora, admite la imposibilidad de amoldar a una diosa como Sara al simple mundo de los hombres, fue un error por parte de su entorno presionarla para que cambiara, para que se rindiera a la normalidad, especialmente si tenemos en cuenta que ninguno de ellos ha conseguido la felicidad haciendo lo correcto.
La autora, Alicia Giménez Bartlett, ha dedicado muchos años su talento a la docencia. Es filóloga y doctora en Literatura Española por la Universidad de Barcelona con una tesis titulada “La narrativa de Gonzalo Torrente Ballester”. En 1984 publicó su primera novela, “Exit” (Seix Barral). Con “Una habitación ajena” (1997) obtuvo el primer galardón literario de su carrera: el Premio Femenino Lumen. En los años noventa nace su personaje más popular, la inspectora Petra Delicado, con ella al frente ha nacido una saga que consta de diez títulos y a una serie de televisión. Sin embargo, su obra cuenta también con excelentes novelas fuera de el género negro, como su libro “Donde nadie te encuentre” (Premio Nadal de Novela en el 2011). El último reconocimiento de esta imprescindible escritora ha sido el Premio Planeta 2015 con su novela “Hombres Desnudos”.
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